Dentro de la mitología griega, los diferentes animales «sagrados» obtuvieron un lugar en el firmamento por los favores o los servicios prestados a algún héroe o a alguna divinidad del Olimpo. Hay que tener en cuenta que la mitología se pierde en el principio de los tiempos y que las diversas culturas de las que se ha nutrido son muy diferentes, por lo que muchas veces se encuentra gran disparidad a la hora de estudiar las distintas imágenes simbólicas.
La figura del Carnero, propio del signo de Aries, parece que alcanzó la inmortalidad celeste gracias a su propio sacrificio. Su piel se convirtió en el famoso vellocino de oro, símbolo de un reino usurpado que a través de la lucha personal debía volver a manos de su legítimo gobernante.
En el caso del Toro, uno de los mitos que más realza esta figura, y que probablemente sirva para justificar el lugar distinguido que ocupa en el firmamento, cuenta cómo la esposa del rey Minos se enamora locamente de este animal. Poseidón, dios terrenal que mora en las profundidades del océano, se sirvió de este animal para que portara todo el erotismo, la pasión y la sensualidad de la vida, capaz de cambiar el curso de la historia.
Los Gemelos cuentan con Castor y Polux como máximos representantes de la energía de los hermanos, uno inmortal y el otro no. Son innumerables las veces que en las sagradas escrituras y en los temas míticos aparecen las diferencias entre hermanos. En resumen, esta pareja de almas gemelas simbolizan la doble naturaleza del alma humana, muy capaz de arrojar piedras contra su propio tejado.
El Cangrejo de la mitología griega consiguió un lugar entre las estrellas gracias a los servicios prestados a la diosa Hera, máxima representante de la madre Tierra. Su misión fue la de sujetar las manos y los pies de Hércules, el héroe capaz de aniquilar las grandes creaciones de la Madre por liberarse de ella y así encontrar un lugar en el corazón del dios Padre. En la mitología egipcia el escarabajo sagrado es el encargado de representar a este signo. Su culto por la bola de excremento que porta muestra el respeto por sus propios orígenes. Es el lugar del que un día nació y al que vuelve para perpetuarse por los tiempos de los tiempos.
El León de la mitología griega simboliza la fuerza del instinto que debe ser dominada por el ser humano. Hércules una vez más en el papel del héroe, tiene que vencer al León con sus propias manos. De esta forma quedará demostrada la capacidad del ser humano para ponerse en manos de su propio instinto de supervivencia sin perder las más altas facetas de su humanidad.
La Virgen es la imagen que se le ha asignado a Virgo. Se trata de una imagen que porta en su interior el conflicto eterno de la contradicción. Virgo es una diosa de la fertilidad de la Tierra y de las cosechas, a la par que muestra con descaro su naturaleza virginal. Es pues el deseo de permanecer individualmente puro sin que ello implique ni aislamiento ni soledad alguna.
La Balanza es el único de los símbolos utilizados para representar a un signo que carece de vida. Representa a la justicia y al equilibrio, valores muy por encima de las grandes pasiones que acompañan a la vida. Parece ser que la balanza del firmamento encontró un lugar en los cielos por ser la encargada de medir los pecados de los hombres.
El Escorpión no puede pasar desapercibido. Su manifestación representa a la gran bestia que surge del mundo del instinto para combatir la soberbia del hombre. El lugar entre las estrellas se lo ganó este peligroso animal por su lucha contra Orion, el cazador, que no supo respetar las reglas impuestas por la diosa de la caza. Es pues el instinto mórbido del ser humano el que se encuentra derrotado por las inconmensurables fuerzas de la naturaleza.
El Centauro es una figura exclusivamente mitológica. Según cuenta la historia surgió cuando Zeus se transformó en caballo para huir del acecho de su esposa en uno de sus múltiples avatares amorosos. En su rápida huida no se percató de que aún se encontraba unido a la diosa seducida. De dicho encuentro apareció el primer Centauro. La parte superior del ser humano predomina sobre la fuerza del instinto representada por la parte animal de este ser mitológico.
La Cabra o el Macho Cabrío es el más alto representante del mundo animal. Dentro de las figuras animales de la mitología, ninguna cuenta con el privilegio de la Cabra. Fue Amaltea el animal de esta especie encargada de alimentar al mismo Zeus cuando era niño. Cuenta pues con el prestigio y el honor más destacado. El lugar de la Cabra es el más elevado con el que un animal mitológico pudiera soñar.
La figura del Aguador se encuentra ligada al mito de Ganimedes, el joven más bello sobre la
Tierra en el que Zeus posó sus ojos. Lo mandó raptar y le encomendó en los cielos el trabajo de escanciador del néctar de los dioses. De esta manera el signo de Acuario representa el amor por la humanidad.
La simbología de los Peces se pierde en los tiempos de los tiempos. Uno de los mitos babilónicos más comunes cuenta cómo la diosa Atargatis surge de las aguas gracias a la ayuda de los Peces. De ahí el prestigioso lugar que le fue otorgado a los Peces en el cielo. Pero la imagen de éstos es siempre la del pez que se muerde la cola, o la de los peces que se devoran mutuamente. El pez representa el sacrificio del individuo para el bien común, es el retorno a la Madre para que el ciclo de la vida se vuelva a repetir por los tiempos de los tiempos.
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