El
Zodíaco oriental o Zodíaco sideral está formado por las doce
constelaciones tradicionales de la astrología, pero a diferencia del
Zodíaco tropical, el sideral considera el desplazamiento lento gradual y
continuo de las constelaciones zodiacales vistas desde la tierra.
A
partir del año 2011, una corriente de la escuela de la astronomía
sideral, ha incluido a Ofiuco como la 13va constelación del zodiaco
sideral.
Para
las antiguas civilizaciones que utilizaron la Astrología hace más de
3200 años, el inicio de la primavera marcaba el inicio del año, puesto
que era el momento en el que la vida volvía a brotar, es por esto que
el inicio o punto cero del Zodíaco en la eclíptica lo establecieron
usando el punto vernal equinoccial.
Un
equinoccio en astronomía es un momento en el tiempo (no todo el día)
cuando el Sol se puede observar directamente sobre el ecuador (Punto
Vernal) y se producen alrededor de 20 de marzo y 23 de septiembre de
cada año. Hay dos equinoccios durante el año: el equinoccio de
primavera y el equinoccio de otoño (respecto al hemisferio norte), son
dos días en los que la noche y el día tendrán la misma longitud.
A
partir del punto Vernal dividieron la eclíptica en segmentos de 30°
para delimitar los 12 signos del Zodíaco. Debido a la precesión de los
equinoccios, la diferencia entre el Zodíaco Sideral y el Zodíaco
Tropical es de alrededor de 24°, tomando en consideración que cada signo
tiene una vigencia de aproximadamente 30 días, aproximadamente el 85%
de las personas pertenecen a otro signo en el Zodíaco Sideral (el
inmediato anterior).
El
primer grado del zodiaco Sideral se mide desde un punto a 180° opuesto
a la estrella Spica y en contraposición el primer grado del zodiaco
occidental se da cuando el sol alcanza la posición arriba del ecuador,
que es cuando también se da el equinoccio de primavera.
Mil
ochocientos años atrás, cuando dicho equinoccio de primavera coincidía
con cero grados de Ashwini, los dos zodíacos —el sideral (védico) y
el tropical (occidental) —eran idénticos. Sin embargo, debido al
movimiento retrógrado de los puntos equinocciales (fenómeno conocido
como la precesión de los equinoccios), se produce un retraso de 1° cada
72 años. Con el paso de los siglos esto ha marcado una diferencia de
casi 24° entre el verdadero zodíaco—el sideral, basado en las
constelaciones de las cuales los signos reciben sus cualidades y en
algunos casos sus nombres—, y el zodíaco que actualmente utilizan los
occidentales, el tropical.
Debido
a esta diferencia, el sol no se encuentra en el signo de Aries entre
el 23 de marzo y el 22 de abril, como aparece en los horóscopos
occidentales, sino entre el 14 de abril y el 13 de mayo. El mismo
desfase de casi 24° existe en la posición del signo ascendente y de los
demás planetas. Para calcular la carta natal de acuerdo al zodíaco
sideral, si se utilizan efemérides occidentales, se debe realizar el
cálculo de corrección conocido como ayanamsha (o corrección debida a la
precesión de los equinoccios).
El
término Ayanamsha proviene de dos palabras sánscritas. Ayana
literalmente significa movimiento, y en este caso en particular se
refiere al movimiento de precesión de los equinoccios. Ayana también
puede tomarse como el movimiento del sol, y en ese sentido nos indica el
momento cuando el sol llega al punto donde se forma el equinoccio de
primavera. Es decir, ya sea que tomemos la palabra ayana como el
movimiento de precesión de los equinoccios o como el movimiento del sol,
en ambos casos nos indica lo mismo.
El
otro componente del término ayanamsha es amsha, que generalmente
significa porción, pero que en de este contexto significa
específicamente grado, lo cual es técnicamente una porción del círculo
del zodíaco. Así pues, la corrección ayanamsha establece la diferencia
entre la ubicación actual del equinoccio de primavera en relación el
grado cero de la constelación de Ashwini, o Arietes; es decir, en
relación con el comienzo de Aries, y por ende, en relación con todas
las otras constelaciones.
En
otras palabras, la corrección de ayanamsha se utiliza para ajustar la
longitud constelacional de un punto o cuerpo celeste cuando su
posición ha sido calculada según las efemérides occidentales. El
Ayanamsha oficial que utiliza el gobierno de la India es el de Lahiri,
de acuerdo al cual en el año 258 después de Cristo el comienzo de la
constelación Ashwini coincidió con el equinoccio de primavera.
Un error que viene de los griegos
La
astrología moderna occidental ha heredado el error griego de medir el
zodíaco a partir del equinoccio de primavera. En el siglo III se
tradujo y escribió mucha de la literatura en la que se basa la
astrología actual, en esa época el equinoccio de primavera coincidía con
el comienzo de la constelación Ashwini, o sea, con el inicio de Aries,
lo que fue considerado como un factor permanente por los griegos.
Actualmente
el equinoccio de primavera continúa ocurriendo en la tercera semana de
marzo, como sucedía en los tiempos de los griegos, pero ya no ocurre
cuando el sol está en la constelación de Aries, sino cuando está en el
signo de Piscis, debido—como ya se dijo—a la precesión de los
equinoccios. La idea popular de que nos encontramos en la era de
Acuario también proviene de la misma fuente incorrecta; en realidad,
faltan más de cuatro siglos para que ésta comience. Actualmente nos
encontramos en la era de Piscis.
Es
importante señalar que los signos zodiacales no tienen una existencia
aparte de las constelaciones; éstos son espacios imaginarios que
corresponden a un cierto grupo de estrellas. Entonces, los horóscopos
que aparecen en los diarios y revistas occidentales no tienen ningún
valor, debido a que toman únicamente la posición de sol como
referencia, y ésta, en el 75% de los casos, es incorrecta, porque se
calcula utilizando un zodíaco equivocado. En cambio, en “The
Astrological Magazine”, que se publica mensualmente en Bangalore, y en
otras publicaciones similares también de la India, aparece un horóscopo
basado en la Luna, a partir del cual se pueden determinar los tránsitos
planetarios, tal como veremos más adelante. En la India, la mayoría de
la gente posee esta información y puede beneficiarse al leer un
horóscopo real basando en los tránsitos planetarios a partir de la Luna.
El zodíaco sideral védico corresponde a fenómenos astronómicos visibles y comprobables.
En
Desenmascarando, un libro científico publicado en Francia, el físico
Georges Charpak y el profesor Henri Broch tratan de “desenmascarar”
filosofías y creencias místicas, además de ciertos fenómenos
paranormales como la levitación, el caminar sobre brasas, etc. Y con el
propósito de demostrar la presunta falsedad de la astrología, ellos
presentan el siguiente argumento: “De hecho, los signos zodiacales de
nacimiento, tan comunes en las columnas astrológicas, ligados a las
supuestas cualidades personales de aquellos que nacen bajo su
influencia, están basados principalmente en posiciones astronómicas
trazadas hace miles de años.
El
problema con esto es que el eje de rotación de la Tierra está en
continuo cambio. El eje pivota tal como un trompo, completando una
revolución cada 25.790 años, aproximadamente. Como resultado, los
signos zodiacales en uso hoy en día por los astrólogos, no coinciden
con las constelaciones”
Los
astrónomos y estudiosos modernos que descubran la existencia del
zodíaco sideral védico comenzarán a ver esta civilización y cultura con
respeto y admiración; y posiblemente también querrán aprender de ella.
Estamos seguros de que en un futuro no muy lejano, serán muy pocos los
practicantes de astrología que no utilicen el zodíaco sideral védico.
Esa es nuestra predicción.
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