El signo simboliza las fuerzas conjuntas del bien y del mal. La doble naturaleza humana, la superior y la inferior. La amistad y la unión armónica de dos caracteres.
El símbolo nos recuerda al número dos romano que representa la dualidad. Los Caldeos lo representaron de dos formas: como un montón de ramas o como dos niños cara a cara.
En la mitología mesopotámica se asimila a la entrañable amistad entre los héroes Gilgamesh y Enkidu. En Egipto se conocía como las dos estrellas y se representaba con dos cabritos y no con la figura de los gemelos que se usa comúnmente. Además representaba a Horus y Harpócrates, el dios halcón hijo de la diosa Isis.
La leyenda griega identifica al signo con los Dióscuros, hijos de Zeus y de Leda, los mellizos Cástor y Pólux. Zeus para seducir a Leda se convirtió en cisne y se unió a ella la misma noche que ella se había unido a su marido Tíndaro, rey de Esparta. De estas uniones surgieron dos huevos, de uno de ellos nacieron Cástor y Clitemnestra que eran mortales y del otro Pólux y Helena que eran inmortales.
Cástor y Pólux eran dos hermanos inseparables. Éstos roban a las novias de Idas y Linceo el mismo día de la boda. Idas mató a Cástor y Pólux enfurecido mató a Linceo. Zeus castigó a Idas con un rayo, pero Pólux le suplicó a Zeus que lo hiciera morir pues no sabia vivir sin su querido hermano. Zeus compadecido les dejó estar alternativamente un día en el Hades ( Reino de los muertos) y otro en el Olimpo, pero siempre juntos.
Los Dióscoros, unidos por el amor fraternal, nunca se separaban el uno del otro en ninguna de sus aventuras y se convirtieron en el orgullo de Esparta. Participaron de la expedición que fue en busca del Vellocino de Oro y también tomaron parte activa en la invasión de Atenas cuando se descubrió que Helena de Troya había sido raptada por el héroe Teseo.
Cástor era famoso como soldado y domador de caballos y Pólux como boxeador.
Ambos ambiciosos, atrevidos, audaces, inquietos, llenos de vida y juventud eran conocidos por su tendencia a buscar aventuras y hazañas. Presiden la vida heroica juvenil y floreciente y como héroes se los veneraba no sólo en Esparta, sino también en la Hélade y Sicilia. Se destacaban en atletismo y eran entusiastas bailarines. En la danza de guerra que inventaron, veloz y fogosa, los dióscoros giran como pareja de danzantes mientras Atenea los acompaña tocando la flauta. La canción de Cástor precede al ejército espartano y al frente del ejército camina el antiguo símbolo de los dióscoros, (g) la doble viga unida por travesaños.
Según el mito Cástor y Pólux pelearon con otro par de gemelos, Idas y Linceo. Idas mató a Cástor el gemelo mortal y Pólux a su vez mató a Linceo con su lanza. Zeus intervino en nombre de su hijo e hirió mortalmente a Idas con un rayo. La pena de Pólux por la muerte de su hermano era tan grande que imploró a su padre Zeus que le devolviera la vida o él rechazaba su inmortalidad sino podía compartirla con Cástor. Zeus conmovido, se compadeció de los hermanos y les permitió compartir sus destinos de vida y de muerte.
Pertenecen a medias al Olimpo celestial y a medias al mundo subterráneo de Hades. Cambian de lugar en días alternos y se pasean de la oscuridad a la luz y de la luz a la oscuridad.
Los gemelos simbolizan una experiencia cíclica de opuestos, ya que cuando son mortales, deben probar la muerte y la oscuridad y cuando son divinos, la luz y los placeres de los dioses.
Géminis es un signo tradicionalmente inclinado a oscilar entre la exaltación y la depresión, entre la sensación de pérdida y de muerte en el mundo físico (mortalidad de Cástor) y la exaltación en el reino del espíritu y la vida eterna (inmortalidad de Pólux
En la mitología romana encontramos a otros gemelos. Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad de Roma. Eran hijos del dios de la guerra, Marte y habían sido criados por una loba.
En este caso hallamos la pelea y la rivalidad entre los hermanos. Remo muere intentando matar a Rómulo. Remo es el gemelo “oscuro” que intenta destruir a su hermano “luminoso”, Rómulo.
Este par de fuerzas, oscura y luminosa, tiene que ver con el profundo dilema humano al que Carl Jung denomina “la sombra”, el enemigo interno, el hermano nacido en el mismo útero que no puede ser vencido y con quien uno debe estar en constante lucha.
En la Biblia también nos encontramos con Caín y Abel que, aún sin ser gemelos, simbolizan la polaridad del hermano “oscuro” Caín y el hermano “luminoso” Abel.
En la mitologia sumeria hallamos a Inanna y Ereshkigal, las dos hermanas enemigas, en donde el aspecto luminoso tiene que aprender la muerte y la regeneración del aspecto oscuro.
El tema de la luz y la oscuridad penetra profundamente en la mitología e impregna la visión de las grandes religiones del mundo.
A los ojos de Géminis el universo se presenta poblado de opuestos y al igual que Cástor y Pólux, que pasan la mitad de su tiempo entre el Olimpo y el Tártaro (submundo), en un momento determinado sólo perciben el lado bueno o el lado malo de la vida.
Pero Géminis llevará al individuo al conflicto inevitable con su opuesto oscuro. Más tarde o más temprano la batalla interna se manifiesta ya que la personalidad total depende de ambos: sin el otro, cada uno de ellos es incompleto.
Los opuestos pueden variar. La batalla puede estar entre lo masculino y lo femenino, entre los valores intelectuales y emocionales, entre los objetivos espirituales y corporales o entre cualidades negativas y positivas.
Como Aries esta representado por un Carnero y Tauro por un Toro, Géminis es el primer signo zodiacal con representación humana y con la posibilidad que la vivencia se torne palabra. Con Géminis nos llega la comunicación, el lenguaje, el pensamiento.
El lenguaje presenta una dualidad similar a la que hemos visto en los Dióscoros: las palabras muestran y esconden simultáneamente. Hablamos para decir y hablamos para no decir. Las frases intrascendentes mueren a poco de nacer y las palabras cobran vida eterna en la voz del poeta o el escritor.
El dios griego Hermes o Mercurio para los romanos, es el representante del signo de Géminis o los Gemelos. Su carácter encarna la ambiguedad y la fluctuación. Es el hijo más ingenioso de Zeus. Comenzó su vida como un artesano ingenioso, inventó la lira y también robando el rebaño de su hermano Apolo. Es el mensajero de los dioses y acompaña las almas de los muertos hasta el submundo de Hades.
El dios griego Hermes o Mercurio para los romanos, es el representante del signo de Géminis o los Gemelos. Su carácter encarna la ambiguedad y la fluctuación. Es el hijo más ingenioso de Zeus. Comenzó su vida como un artesano ingenioso, inventó la lira y también robando el rebaño de su hermano Apolo. Es el mensajero de los dioses y acompaña las almas de los muertos hasta el submundo de Hades.
Hermes puede moverse por los tres mundos: el de los dioses, el de los mortales y el de los muertos. Es el único dios que no tiene asignado un lugar. Su lugar son los caminos, los pasadizos, las encrucijadas. Puede traspasar las fronteras. Su fortaleza reside en su ingenio, realiza sus acciones con astucia y seducción. Es un bromista y un imitador. Un mago, y a veces un embustero y un dispensador de beneficios inesperados. Es el dios de las palabras y del lenguaje, es el dios de los mercaderes, del comercio, de la movilidad, de las comunicaciones.
Si tienes tu Sol en el signo de Géminis o tu Ascendente o el planeta Mercurio en este signo, tendrán mucho significado para ti la adaptabilidad, la comunicación, el estar informado, el aprendizaje, la palabra oral y escrita, las habilidades manuales, los contactos personales, los viajes, el movimiento, la inquietud mental, la dualidad.
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