miércoles, 29 de junio de 2011

Los peligros de la astrología imprudente




Tomada seriamente, la astrología nos permite ver cosas que no podríamos contemplar de otra manera. Pero cuando ciertos inescrupulosos se aprovechan de nuestras angustias, las consecuencias son impredecibles. Te enseñamos cómo evitarlo.
El vacío espiritual que sufren muchas personas en nuestra sociedad, ha invadido desafortunadamente el mundo de la astrología. Nuestra cultura está invadida por la velocidad, y ello se traslada a una búsqueda de arreglos rápidos, y de respuestas fáciles. ¿Para qué hacer un trabajo emocional profundo cuando disponemos de los antidepresivos? Mucha gente mide su éxito por los valores materiales o la comodidad, no por la armonía en su corazón y alma.
Cualquier astrología que provea un atajo sobre los proceso de crecimiento e integridad individual y/o espiritual, es potencialmente tóxica. La astrología que predice la fortuna es peligrosa. Muy posiblemente, se traten de promesas vacías, o calamitosas predicciones que pueden derivar en que un paciente permanezca como cliente del astrólogo inducido por su propio miedo.
En cambio, un acercamiento correcto a esta ciencia da la posibilidad a las personas de utilizar las energías del sistema astrológico para lograr ver las potencialidades de reflexión y crecimiento personal. En vez de decir, "usted encontrará al amor de su vida este verano", un astrólogo responsable podrá afirmar "este es un momento propicio para estar abierto a la posibilidad de aprender más sobre el arte del afecto.

La astrología es una disciplina espiritual. Lo invita a que viva de acuerdo con su crecimiento y con su misión durante un determinado curso de su vida. Le autoriza a tomar cierta iniciativa y responsabilidad para moverse frente a las circunstancias y los desafíos que se le presentan en la vida. En el mejor de los casos, puede dar un vistazo "detrás de escena" para entender que cosas importantes están llegando a su vida. En el peor, la astrología "a la ligera" puede venderle la idea de que usted no posee una voluntad libre, e intentar reducirlo a una marioneta que baila su canción, algo que usted bien sabe, desde lo más profundo de su corazón, que no se puede aplicar a su persona.

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